Es por este medio que se transporta cerca del 80% de la carga del país.

El éxito de una cadena de abastecimiento está directamente relacionado con el diseño y uso adecuado de su sistema de transporte. Los productos terminados, materias primas e insumos se mueven entre clientes y proveedores a lo largo y ancho de un territorio y es la gestión oportuna y eficiente del sistema de transporte lo que otorga un valor agregado a los productos cuando estos son entregados en tiempos óptimos, en perfectas condiciones y en las cantidades requeridas. Por demás, el transporte es uno de los factores clave en los índices de satisfacción entre los clientes.

Así mismo el transporte representa uno de los costos más elevados en la cadena de abastecimiento, tiene una incidencia representativa en los precios de los productos y está involucrado en la relación que se tiene con proveedores, clientes y empresas que compiten en el mismo mercado.

Parafraseando a Acosta de Valencia (2004), en Colombia “El transporte de carga es una actividad fundamental (…) que permite que un producto llegue al consumidor final, genere la circulación de bienes y dinamice la economía”. Así mismo “el sistema de transporte debe integrar las principales zonas de producción y de consumo del país, y por lo tanto, la demanda y los costos de transporte juegan un papel determinante en el precio final de los bienes”. El movimiento de carga equivale a 1/3 y 2/3 de los costos totales de logística.

Entre las diferentes modalidades de transporte de carga en Colombia, la movilización por carretera tiene una importancia fundamental. Es por este medio que se transporta cerca del 80% de la carga del país. Es por ello que una administración efectiva del sistema de transporte requiere de un sistema de asignación de rutas (VPR) que permita la optimización del proceso de distribución de mercancías y como consecuencia, la reducción de tiempos y costos totales, agregando valor a los productos que son transportados.

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